Me siento atraída por la formas de expresión artística que comunican a través de un espacio físico y que tienen como objetivo,
reivindicar otra forma de ver y sentir el mundo.
En este caso lo llaman, Yarn Bombing ó Guerrilla del ganchillo. Creo que cumple de forma
sencilla y eficaz inquietudes plásticas, en su esencia desafiantes y anárquicas. A su vez, nos descubren que materiales
insospechados pueden convertirse en transmisores de colectivos, que se movilizan
con una pretensión justificada de intervenir en el mundo que les rodea, un
mundo últimamente bastante incomprensible y amargo.
Seguramente será por ingenuidad pero me sigue sorprendiendo, por qué esta iniciativa no se extiende aún más en nuestro entorno.
* Edición y fotografías : Elia Carro.
* Zaramaga ( Vitoria-Gasteiz ), 2014.